La edil de Medio Ambiente, Mercedes Torregrosa, confirma el inicio de un estudio que servirá también para actualizar el Plan de Movilidad Sostenible de San Vicente
El Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig ya ha iniciado los trabajos de campo previos a la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y la actualización del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) del municipio.
La concejal de Medio Ambiente, Mercedes Torregrosa, ha explicado que, entre los recursos empleados, se incluyen drones, conteos in situ para captar los flujos de movilidad en horas específicas y aforos de tráfico las 24 horas para medir el volumen de vehículos que circulan por una vía durante un periodo de tiempo definido. Además, se realizarán encuestas a la ciudadanía para recopilar información sobre los hábitos de desplazamiento y obtener un diagnóstico completo de la movilidad en el municipio.
Torregrosa ha expresado “la necesidad de actualizar la información sobre los hábitos de movilidad mediante los trabajos de campo que garantizarán una toma de decisiones basada en datos actuales y fiables”. Como punto de partida, la referencia histórica del reparto modal de la que dispone el Ayuntamiento establece que el 47% de los desplazamientos que se realizan en el municipio son en vehículo privado, el 48 % a pie, el 3% en bicicleta o en vehículos de movilidad personal y el 2 % en transporte público.
Por otra parte, el Ayuntamiento lleva a cabo mediciones de ruido en 11 puntos estratégicos del municipio, basadas en el mapa acústico existente. También se han instalado sensores de calidad del aire en tres puntos de la ciudad que durante ocho semanas evaluarán y monitorizarán los niveles de contaminación atmosférica. La combinación de estos datos permitirá identificar las zonas con mayor contaminación acústica y ambiental y definir medidas concretas en el PMUS y en la gestión de la ZBE.

Torregrosa ha incidido en que “estos trabajos permitirán recopilar información clave para definir un modelo de movilidad y sostenibilidad urbano que respete el medio ambiente, favorezca el tránsito peatonal y mejore la calidad de vida de todos los vecinos”. Según ha detallado la edil, “los resultados de los aforos, las encuestas, las mediciones de ruido y los sensores de calidad del aire se integrarán en el plan para priorizar las actuaciones más eficaces”.
Un modelo de ciudad más sostenible
El proceso iniciado se enmarca en la estrategia municipal de avanzar hacia un municipio más inclusivo, seguro y sostenible en el que se fomente la participación ciudadana y se dé protagonismo a los vecinos en los cambios y mejoras previstas.
La implantación de la ZBE tiene como finalidad reducir las emisiones contaminantes y reforzar la importancia de los desplazamientos peatonales, fomente el uso del transporte público y los modos activos de desplazamiento, al tiempo que se optimiza la circulación de vehículos y se reducen los impactos ambientales del tráfico.
Este proyecto responde a la necesidad de abordar los retos ambientales y de movilidad urbana identificados en los últimos años y contribuir a la creación de una ciudad más limpia y respetuosa con el medio ambiente adaptada a las nuevas demandas del municipio y orientada a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.







































