Con motivo de la celebración del día de nuestra Policía Local, el pasado domingo se le rindió en San Vicente el ya tradicional y merecido homenaje, recuperado, por cierto, por la concejalía de seguridad tras muchos años de olvido.
No cabe duda de que los retos que se avecinan en lo que respecta a la seguridad ciudadana son enormes y, por desgracia, salvo para los profesionales que lo viven en sus carnes dia a día, no parece que exista una suficiente concienciación por parte de las instituciones sobre lo que se nos viene encima.
Esa concienciación sobre la importancia troncal que tiene la seguridad en todos los ámbitos de la sociedad, por el contrario, sí la tienen los vecinos. No en vano, nos vienen demandando una mayor presencia policial y una mayor actuación en materia de prevención y de represión de todas aquellas conductas y actos delictivos o incívicos que empañan la pacífica convivencia y el bienestar de los sanvicenteros.
Siendo grave la falta de efectivos que sufre nuestra plantilla de la Policía Local en una ciudad de la envergadura de San Vicente, quizás no sea eso lo más alarmante, sino la falta de voluntad y de compromiso que vengo apreciando por parte de las instancias superiores de la Administración, para quienes la seguridad ciudadana no parece que sea, en ningún caso, una prioridad.
La aplicación del límite de la tasa de reposición que dificulta la posibilidad de creación nuevas plazas de policia, los impedimentos que nos encontramos para implementar la policía de paisano o las trabas para implantar los tan necesarios sistemas de videovigilancia, son solo algunos de los ejemplos. Especialmente grave es la escasa empatía que recibimos del gobierno central cuando hemos solicitado aumentar la presencia de la Guardia Civil y Policía Nacional en nuestro municipio.
Esa falta de concienciación institucional a todos los niveles sobre lo que representa la seguridad, es una triste fatalidad que compromete nuestro presente pero, sobretodo, nuestro futuro y el de nuestros hijos.
En la otra cara de la moneda, nos encontramos con que la vocación de servicio de nuestros policías, su entrega, y la labor fundamental que desempeñan en la sociedad, está supliendo esa falta de apoyo a costa de un gran esfuerzo y sacrificio.
Pero todo tiene un límite y mi responsabilidad como Concejal de Seguridad es reivindicar, en foros como este en el que se me da voz, la necesidad de que se tome conciencia de una vez del grave problema que, en un futuro muy próximo, va a representar el no situar a la seguridad ciudadana en la cúspide de las prioridades de los poderes públicos. Solo así conseguiremos poder disfrutar de unas calles más seguras y de una ciudad libre de delincuencia.