Investigadores de la Universidad de Alicante aplican realidad virtual y robótica social para mejorar la comunicación de personas con TEA

El grupo de investigación IncluTIC desarrolla dos proyectos pioneros que sumergen a alumnado en un aula de realidad virtual, en primer término, y en interacción con un robot, en segundo lugar

Liderado por la Universidad de Alicante, está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y tiene prevista la implantación en centros de diversas comunidades autónomas

El grupo de investigación Educación Inclusiva y Tecnología (IncluTIC) de la Universidad de Alicante desarrolla un proyecto pionero en la aplicación combinada de la realidad virtual inmersiva y la robótica social en alumnado con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Con la aplicación de estas tecnologías innovadoras, el equipo pretende desarrollar la comunicación e interacción social del alumnado con TEA de Educación Infantil y Primaria.

Financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España y dirigido por Gonzalo Lorenzo Lledó, profesor del departamento de Psicología Evolutiva y Didáctica de la UA y director del grupo de investigación IncluTIC, el proyecto tiene una duración prevista de tres años y cuenta en su equipo investigador con Asunción Lledó Carreres, Eliseo Andreu Cabrera, Alejandro Lorenzo Lledó, Elena Pérez Vázquez y Alba Gilabert Cerdá, profesores de la UA, y como técnico a Ángel Rodríguez Quevedo. Además, ia investigación cuenta con la colaboración de distintas universidades españolas como las de Granada y de Castilla La Mancha.

Actualmente, el proyecto desarrolla su primera fase. En ella, realiza un estudio piloto en un centro educativo de la provincia de Alicante donde se está aplicando la realidad virtual inmersiva mediante dispositivos Head Mounted Display (HMD). Para ello, se ha creado un aula virtual realista e interactiva donde los usuarios participan en actividades con los avatares virtuales. Entre ellos se encuentra el robot NAO, un personaje creado para desempeñar el rol de asistente personal.

A diferencia de la realidad virtual conocida popularmente como “de escritorio”, es decir, aquella que se produce en una pantalla y con la que se interactúa mediante pantalla táctil, el teclado o el ratón del ordenador y con sonido directo, la realidad virtual inmersiva «reproduce un entorno completo y lo más real posible, que se observa mediante gafas, se interactúa directamente sobre él con el propio movimiento del usuario y el sonido responde a esa interactuación directa», indica el investigador principal del proyecto, Gonzalo Lorenzo Lledó.

Pendientes de su publicación en una revista científica en las próximas semanas, «los resultados preliminares fueron positivos, identificándose signos de comunicación e interacción social en el alumnado con TEA y una aceptación de la tecnología de la realidad virtual inmersiva», apunta el profesor.

En el mismo sentido, el investigador principal detalla que «en una primera fase, el alumnado se encuentra ante un escenario de realidad virtual que trata de ser lo más real posible y, además, interactúa con la simulación virtual del robot NAO. La interacción mediante juegos y secuencias de actividades, como las normas de comportamiento en clase, se desarrollan en un entorno virtual, seguro y controlable para poder trasladar los aprendizajes trabajados al entorno físico del aula».

La siguiente fase del proyecto, que se iniciará próximamente, será otro estudio piloto que, en este caso, desarrollará una intervención con el robot NAO en un entorno real de clase. El robot NAO se presentará como un compañero de clase y de juego, que asistirá al alumnado y propondrá situaciones de interacción social. Además, se medirán la atención y las emociones que genera en el alumnado.

«Tras la realidad virtual inmersiva y la interacción virtual con el robot NAO, pasaremos a interactuar físicamente con este elemento que ya resulta conocido y, por tanto, seguro. Evitamos cierto estrés del alumnado en el paso a la realidad física y, con ello, creemos que se mejorará la práctica de sus habilidades sociales», concreta el director del proyecto.

Ambos estudios piloto suponen el paso previo al desarrollo del proyecto, a lo largo de 2023, en el que se dará el paso a la aplicación en distintos centros educativos de las comunidades autónomas participantes. «Con este estudio queremos contribuir a una mayor inclusión del alumnado con TEA en los aprendizajes escolares utilizando las herramientas tecnológicas como la realidad virtual inmersiva y la robótica social, concretamente, con el robot NAO», finaliza el director del proyecto, Gonzalo Lorenzo Lledó.