EL CABO PRIMERO, Zarzuela de Manuel Fernández Caballero

EL CABO PRIMERO

 Zarzuela en un acto

 Libreto de: Celso Lucio (1865-1915)

 Música de: Manuel Fernández Caballero

 Se estrenó en el Teatro Apolo de Madrid, el 24 de Mayo de 1895.

 Argumento.-

 A ritmo castizo, hacen su introducción unos torpes reclutas, camino del cuartel. Picarescamente se guiñan los ojos y hacen muecas a las muchachas que vienen a admirar la “perfección” con que ejecutan las maniobras que les ordena el sargento.

 Este sargento es un pícaro que pretende ligar con todas y cada una de las bellas muchachas, quienes aparentan aceptar sus requiebros y hasta fingen estar conformes con hacer un simulacro de instrucción con él. Tanto las muchachas como los soldados solo pretenden burlarse del pobre sargento.

Mientras, en la cocina del cuartel, los cocineros comentan, cantando, las barrabasadas que hacen en su cocina, la poca “chicha” que ponen en sus guisos y así y todo, en cada prueba que hacen, van escogiendo ese trozo de carne o chorizo que pusieron, para que diera sabor y sustancia. Total, que al final los reclutan tomarán un plato de claro caldo, con cinco o seis granos de arroz flotando en él.

En este campamento militar ocurren otra serie de situaciones escénicas y musicales, todas ellas llenas de gracia, que hacen sonreír y reír al público que con espíritu festivo espera eso mismo de los autores.

Se presenta don Fabián en busca del hijo que hace años tuvo, fruto de una relación ilícita. Según sus investigaciones, ese hijo se encuentra entre los reclutas recién llegados al cuartel. Se pone de acuerdo con el médico del batallón para que consiga un pase para el muchacho, que cree es su hijo y así poder entrevistarle y averiguar si es o no es su descendiente.

Hasta este lugar, han acompañado a don Fabián, su hija Rosario y la criada de esta, Simona. La muchacha cuenta a su criada las cuitas que entristecen su corazón. Está enamorada de Juan, cabo en ese mismo cuartel y sin que esto sepa su padre, pretende que se case con un joven al que ella no quiere, de nombre Colás.

Simona comprendiendo los sentimientos de su joven ama, corre en busca de Juan, para informarle de los planes de don Fabián. Juan promete que irá a visitarla ese mismo día, en cuanto termine su servicio en el cuartel.

Es de noche y nos encontramos en casa de don Fabián, en la que también se encuentran; Rosario, Simona y Colás. Por distintos lugares y por motivos diversos, llegan Juan y el supuesto hijo, de nombre Parejo.

Antes de esta llegada, don Fabián ha despedido a todos, pues quiere entrevistarse a solas con este supuesto hijo. El primero en llegar es Juan, tropieza con una tarta y al tratar de limpiarse, se ensucia la cara de tal manera, que nadie le reconoce. La confusión que se produce es tremenda cuando los demás llegan y ven esta escena, en este momento, aparece en escena Parejo, tratando de presentarse.

Se producen acciones que son rápidas y que aumentan la confusión, aunque posteriormente todo se aclara. Parejo no es el tan esperado hijo, sino un primo suyo que aún no ha llegado al cuartel. Colás que abronca a Juan por querer quitarle la novia, es despedido por el padre de la muchacha con cajas destempladas. El buen hombre acepta la formal petición, que de la mano de Rosario, hace el joven caboprimero y todos felices esperan la llegada del hijo pródigo.